UN DOSSIER DE HOT SALSA
LA CLAVE
Dos pedasos
cilíndricos de madera dura que uno percute el uno contra el otro : esta percusión tan
simple, nace en el puerto de La Habana, por tanto, es la columna vertebral de toda la
música latina.
Es a ella a quien seguimos, es sobre ella que se apolla toda la orquesta. Ella génera el
compás ritmico, ella es la pulsación primitiva : el verdadero corazón.
¿ QUE ES LA CLAVE ?
La clave, es a la véz un instumento, pero también es el ritmo que
ella genera. La célula rítmica esta formada de una sucesión de dos partes,
repetida al infinito.
Una de la partes comprende tres golpes y la otra parte solamente dos.
La clave original comienza con tres toques, seguidas de dos toques : es la clave 3/2.
Pulse sobre la imagen
para escuchar la clave 3/2
En el caso contrario (es decir, cuando los dos toques preceden los tres toques), hablamos de clave 2/3.
Existen numerosas variantes de la clave, en particular la clave de rumba (3/2 o 2/3) :
el ritmo es legeramente diferente, pero basado en princípio similar
¿ Pero de donde viene la clave ?
EL NACIMIENTO DE LA CLAVE
Desde el siglo XVI hasta el siglo XVII, los almacenes del
puerto de La Habana son el centro vital de toda la capital.
La seguridad de su puerto, protegido por sus fuertalezas teniendo la reputación de ser
impregnables, asegura entonces a la ciudad la llegada de todos los barcos cargados de
riquezas desgarradas de las tierras de América e imponen La Habana como la inconturnable
" llave de Las Indias ". Por centenas : esclavos, marineros, soldados
y obreros forman el pequeño mundo del puerto, donde se multiplican los lugares de placer.
Años tras años, La Habana de Cuba y la Sevilla de España
cambian hombres, mercancias, saberes y costumbres, por las idas y vueltas incesantes que
ritman el curso del tiempo. Aquí se mezclan las músicas de Africa que estan en los
craneos de los esclavos negros y las músicas de Andalucía, constribuyendo a construir un
cubanismo naciente.
El puerto de La Habana vibra de actividad : hace falta
reparar las naves de maderas que sufrieron tempestades y resistieron a los piratas y las
pongan en buen estado antes que ellas se riesguen con sus tripulaciones y las preciosas
mercancias hacia las implacables islas Bermudas, pasaje obligado de regreso a Europa.
Los tobillos de madera fijando las piezas de las naves amontonadan
por millares en los almacenes del puerto. Les decimos imputrecibles en el agua del
mar y de una calidad sin egual ; ellas son las piezas esenciales de una nave ; verdaderas
claves de combinación, sin las cuales, nada sería posible y responsables de la seguridad
en la mar : sobre ellas reposan todo el edificio comercial.
En las manos de los oberos y carpinteros de la marina, ellas se
entrechocan al ritmo del trabajo, liberando una sonoridad profunda y nostálgica
dada por la duréz de la madera utilizada (acana, jiqui, guayacan, jucaro,
quiebrahacha,...).
Cuando el trabajo se para un momento, los depositos y las tavernas del puerto se pueblan
de música y de cantos y los tobillos o claves se vuelven naturalmente percusiones en las
manos de la gente pobre que no tienen instrumentos, para quien la música es una actividad
natural y cotidiana.
Es así que pulido por el tiempo y las manos de los esclavos negros
desgarrados del Africa y los presidiarios venidos de Andalucía, la clave resbala
lentamente de su función de pieza de nave a su estatus de instrumente de música : en un
puerto que es una clave del mundo, dos pedazos de madera, pieza esencial de los barcos, se
vuelven otra clave : la de la música cubana y más allá de toda la salsa. En efecto, es
la percusión de las claves que la orquesta se fía. Y si el percusionista de las claves
pierde el ritmo, aún todavía, es todo uno edificio que se derrumba : el de la música.
La clave es la columna vertebral de la salsa y ella es también el corazón.
EL TOQUE DE LA CLAVE
Se dice que el ritmo de la clave no se aprende
: uno nace con el o no.
Pero también sin hablar del ritmo, el toque de la clave es menos simple que lo que
parece.
Uno de los dos "palitos" se toma en la mano derecha, por uno de sus extremos y
percute en cadencía sobre el otro pedazo de madera que sugeta la mano izquierda. La toma
de la mano izquierda es esencial : el palito se sostiene entre la pulgada y los otros
dedos y el reposa al interior de la palma, que hace función de caja de resonancia ; la
presión ejercida por los dedos, la forma de redondear la palma y, claro esta, la fuerza
del toque, influencian el timbre y la potencia del sonido obtenido.
El palito derecho, activo, esta
simbolicamente asociado como macho del instrumento ; mientras que el palito sostenido en la mano izquierda, pasivo
en apariencia pero de donde sale el sonido, esta ligado a la
hembra. Muchas veces, los viejos tocadores de claves, por hábito o tradición, reservan
siempre la misma clave a la misma mano : está siempre es la derecha y la otra siempre es
la izquierda. Igualmente, ellos las sujetan siempre en el mismo sentido, también si las
claves son al principio rigurosamente idénticas y simétricas.
Con el uso del tiempo, los toques repetidos crean un hueco a la madera de una manera
particuliar y diferente para los dos palitos : el examen de un par de claves usadas
renfuerzan el simbolismo de la sexualidad.
Léxico : la clave
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